“El aire olía a tumba abierta y a heridas podridas...”
Prefiero las pesadillas a la vida real. De la vida real no se puede despertar.
Si tú también piensas así, "Tumbas en la ciudad" es tu relato, una historia dentro de una historia, con los límites tan mezclados que no sabes dónde acaba una y empieza otra. Y rebosan de las páginas del libro para resbalar por tu mundo real, impregnándolo de temores y espantos. Desfiguran la realidad, dominan tus sueños, empapan tu mente.
Si lees este relato es probable que sientas una presencia, pero para localizarla no basta con volver la cabeza, tendrás que mirar en tu interior.
Escritor, protagonista y lector se funden en una sola entidad: víctima. Y no importa si estás en un asilo, en tu casa o en un autobús urbano, el destino siempre te acaba alcanzando. De hecho te vigila desde cada ventana.
Si tú también piensas así, "Tumbas en la ciudad" es tu relato, una historia dentro de una historia, con los límites tan mezclados que no sabes dónde acaba una y empieza otra. Y rebosan de las páginas del libro para resbalar por tu mundo real, impregnándolo de temores y espantos. Desfiguran la realidad, dominan tus sueños, empapan tu mente.
Si lees este relato es probable que sientas una presencia, pero para localizarla no basta con volver la cabeza, tendrás que mirar en tu interior.
Escritor, protagonista y lector se funden en una sola entidad: víctima. Y no importa si estás en un asilo, en tu casa o en un autobús urbano, el destino siempre te acaba alcanzando. De hecho te vigila desde cada ventana.
DAVID JASSO
Esta fábula urbana, con moraleja incluida, amalgama con gran maestría el mundo interior y el exterior del personaje principal. Encierra en sus pocas páginas una gran filosofía que mira al ombligo propio para ver en él reflejado el rostro de una sociedad decadente como es la nuestra.
Su inicio, quizás demasiado socarrón para mi gusto, es no obstante la mejor forma de iniciar la escalada emocional que nos propone Nachob. Es una escalada ardua, llena de sin sabores y en cuyo culmen sólo vamos a encontrar el amargo sabor de la realidad. Pero precisamente por eso mismo merece ser escalada.
Aún así, su brevedad y su naturaleza le hacen un poco de mella, haciendo que pase algo desapercibida entre el resto, como un fantasma triste y melancólico del que nadie se percata.
Este es de los relatos que más me ha gustado, por la mezcla entre fantasía y realidad que nos va mostrando y el juego que se establece entre ambos mundos. La fantasía está plagada de monstruos que se ven, que se reconocen y que se palpan, pero son monstruos falsos; entre medias vemos trozos de realidad, a veces de formas muy sugerente, como de pasada, y es esa realidad la que es realmente terrible, la que estremece y da miedo.
Sucede muchas veces que las ciudades se convierten en una tumba...nos empeñamos en no disfrutar lo que vivimos y en ver siempre la parte negativa de las cosas. Es posible que yo mismo llevase una temporada así hasta que este relato me hizo abrir los ojos. Dicen que nunca te acostarás sin saber una cosa más, ahora sé que no merece la pena derramar lágrimas cuando se puede sonreír. A fin de cuentas todo tiene dos visiones. Ya ves...en un libro de relatos de terror voy y saco una lectura positiva. Sí, soy así.
Pues debo decir que me desconcertó de salida y que luego ese desconcierto se convirtió en agrado, al ver que se trataba de un enfoque interesante y que hacia que prometiera de salida. No obstante, aunque el mensaje que quiere transmitir está claro, quedo con la impresión de que no termina de romper y queda como algo anecdótico. La verdad es que me dejó con cierto sabor agridulce.
Este me ha gustado muchsisimo, entero tal cual está. perfecto, y con una de las frases más zasca del libro sin duda: porque la vida no basta con tenerla, hay que estrujarla, sacarle todo su jugo, disfrutarla hasta sus ultimas consecuencias. Sino no es autentica vida.
Te diria algo mas pero no puedo, es cortito y me encanta XD