El hombre que soñaba con mariposas

"Se sintió el ser más desgraciado del Universo, solo, abandonado, rodeado de espanto."

   Hace ya tiempo que Nacho me dejó para leer El hombre que soñaba con mariposas, y me pidió que le diera mi opinión. Yo sólo leo en el metro, y como el manuscrito estaba en formato de Word, lo imprimí para llevármelo a donde quiera que lo empezara. Al ponerlo a doble página, la lectura era un tanto incómoda. Además de eso, la extensión era notable, y yo soy como lector bastante inconstante, me cuesta meterme en las historias, a pesar de lo que pueda parecer.
   Lo empecé una mañana de camino al trabajo. Cuando llegó mi parada, por poco me la salto.
   El relato me dejó una sensación que hacía tiempo que no experimentaba, y es que me enganchó e intrigó a partes iguales. Su riqueza descriptiva y ambiental me dejó patidifuso, y por momentos arqueaba las cejas ante el alucinante mundo biológico que Nacho había creado. La trama es muy sencilla y, sin decir demasiado, digamos que involucra a un hombre que realiza un 'viaje' a un mundo alucinante. El relato, en muchos sentidos, me recordó además a mi gran autor admirado, H.P. Lovecraft, en un aspecto que él siempre quiso enfatizar, y es que el mundo que descubre el protagonista, por encima de ninguna otra sensación, es fascinante. Muchos creen que Lovecraft quería aterrorizar con su obra, cuando él siempre dijo que lo que quería era maravillar, dejar volar a la imaginación con alas libres. Eso precisamente es lo que consiguió este relato conmigo, y como ya he dicho, más que hablar de su argumento, prefiero invitar a leerlo, ya que su desarrollo es tan ágil y directo que no tardaréis en comprender lo que quiero decir enseguida. Espero que lo disfrutéis tanto como lo disfruté yo en su momento, en aquel metro que en cualquier momento me parecía que podía transformarse ante mis propios ojos.
 MAGNUS DAGON

5 comentarios:

  1. Vlad_Temper dijo...

    Con este relato tuve una sensación muy curiosa.
    Sus primeros compases me agradaron, me agradaron mucho de hecho, pero no tanto como otros de la antología.
    Posteriormente, me encontré metido en un ambiente que parecía diseñado por el hijo bastardo de Clive Barker y H. R. Giger con un mucho de mitología lovecraftiana estampado en las paredes. Y esa ambientación me agradó sobremanera. Me parece sublime la descripción del universo que fabrica Nachob para nosotros a través de su protagonista, el detallismo de cada una de las escenas lleva a introducirte por completo y sin remedio en el cuadro que nos había pintado en quitina y fluidos.
    Pero a esas alturas, la historia me parecía un tanto insulsa comparada con el gran escenario. ¿Por qué?
    Por referentes comunes.
    Y aquí llegamos al terrible mundo de los spoilers. La sensación y la idea de este relato para mí ha sido tan subjetiva que me es imposible relatarla sin dar pistas o directamente contar tramos enteros de la historia. Así que yo ya lo he advertido.


    ¿Qué referentes comunes? Pues Mátrix, Dark City y Existenz se encontraban ahí, acechando. Bien, el mundo real y el mundo imaginario en el que están encerrados los protagonistas de las citadas películas y del relato en cuestión no dejan de ser versiones bastante más divertidas del clásico Mito de la Caverna del señor Platón, pero ha sido tan explotado últimamente, y en el caso de Existenz tan similar en su organicidad a la historia que nos ocupa, que por un momento me sentí terriblemente decepcionado.
    De esa decepción nació algo aún más peligroso. Nació la sospecha de que algo más se ocultaba detrás. Y ese pensamiento fue terriblemente pernicioso, pues me hizo darme cuenta rápidamente de lo que ocurría.
    Y como ya he avisado de los spoilers, seré explícito.
    Me di cuenta de que el protagonista no se enfrentaba a un terrible mal que apresaba a la humanidad, sino que se trataba de algo benigno. En un primer momento me imaginé una nave espacial en la que los humanos viajaban en animación suspendida.
    Incluso aparece la palabra "nave" en el relato.
    Pero de nuevo son los referentes los que me hacen llegar a esa conclusión. Porque, ¿acaso la historia del Navío Negro incluida en Watchmen no es terriblemente afín a este relato? ¿No es harto frecuente la historia del que se encuentra malinterpretando lo que le rodea y produciendo terribles crímenes en su camino?
    Pronto, los terribles insectos llenos de humanos a medio digerir se me transformaron en transportes cómodos, las sanguijuelas en fantásticos sanadores de las heridas y cuando el pobre blizz fallece a manos del protagonista llegué a sentir más pena y empatía por el bichito que por el desesperado Arturo.
    Demonios. ¡Demonios! Lo que había aparecido como un terrible "pero" ante mis ojos inicialmente, esa sensación de "predecibilidad" que tenía todo, se transforma de repente ante ese asesinato en una ola de emociones hacia ese universo tan maravillosamente descrito en el que Nachob nos introdujo antes. Pronto me siento terriblemente fascinado, maravillado, del universo orgánico que me rodea. Y sí, me recuerda a Existenz, me recuerda a Mátrix, pero de forma que el relato se erige como enorme torre inexpugnable que hace sombra a las dos películas. Cuando aparece Juan, no hago más que dejarme guiar por su maravillosa explicación, hasta salir al vasto mundo.
    Y os juro que cuando la ballena estelar surca el cielo rodeada de sus hijos, camino a su mar natal donde fallecer, mi corazón se encogió y casi afloran lágrimas a mis ojos (o habría sido así de haber tenido corazón, cosa que no tengo). La imagen poderosa de la mariposa sideral conteniendo en su abdomen al viajero de las estrellas se me aparece tan poderosa y cristalina que no he podido evitar intentar dibujarla.


    Resumiendo, que de un relato que inicialmente prometía poco ha dado lugar a uno de los relatos más hermosos que he tenido el placer de leer. De lo más recomendable.

  2. Raelana dijo...

    Con este relato me pasa una cosa curiosa. La historia me pareció intensa y fascinante. Los cambios de escenario me llamaron la atención y me intrigaron, la escenografía me resultó muy curiosa, la intensidad de las emociones del protagonista me atraparon y las sentí como mías, pero también en ocasiones el relato se me hacía demasiado descriptivo, sobre todo en la parte de la huída y eso me cansaba un poco. La prosa se me ha hecho más lenta que en otros relatos, tanto la parte descriptiva como también las explicaciones del final creo que se podrían haber aligerado un poco.

    ¡¡¡¡Spoliers!!!!!!






    Por otro lado, me ha encantado el giro que toma el relato hacia la segunda parte, la nota de esperanza que da al final, es como un contrapunto hacia el resto de los relatos, que terminan mal, que no dejan esperanza. Que el libro termine con algo así, no sé, es como decir que sí, que los monstruos están ahi, pero que a lo mejor estamos confundidos y las cosas no son tan malas como parecen, o que podemos hacer que las cosas cambien a mejor si nos ponemos a ello y no sé, ese optimismo final me resultó tan emotivo y me hizo soltar la lagrimilla igual que la tragedia que se ve en otros relatos.

    En fin, un cierre perfecto. Y lo que no me gustó fue la nota final que pones, no sé, no hace falta que te justifiques, está claro que cuando escribes un relato hay muchos caminos que puedes tomar y que a veces no tomas el que quizás sea mejor, pero si has tomado el camino que te define, el que sientes que quieres dar a la historia, no tienes que justificarte por ello.

  3. Óscar Sejas dijo...

    Lo más fácil habría sido terminar el relato tal y como cuentas en tu nota de autor pero ¿sabes? Es algo que todos esperábamos. Sin embargo ese final optimista y esperanzador no se lo esperaba nadie, al menos no yo. Y me ha gustado mucho, he de reconocer que ha sido así y aunque por un lado me ponía ya en lo peor (como se ve claramente que hace el protagonista en la primera parte del relato) al final se me apareció un hombre llamado Nachob para contarme que todo, todo, tiene una vuelta de tuerca. Supongo que gracias a ese giro, he formado parte activa del relato siendo, como un mero lector, el protagonista de la historia... Ya me dirás como lo consigues.

  4. Ángel Vela dijo...

    El hombre que soñaba con mariposas

    El noveno relato, el que cierra la antología y el más largo. Arranca como un relato con cierta guasa, con un escritor fandomitero que está apunto de publicar su primera novela. Luego empiezan a pasar cosas raras (dejémoslo en eso para no destripar mucho). Esa parte no me gustó demasiado, algo tópica quizás. Pero luego el relato da un giro de 180 grados y pasa a ser una historia en la que se mezclan la fantasía el terror y la ciencia ficción. Al igual que ocurre con “Casa ocupada” creo que es un relato del que mientras menos se sepa mejor. Así que me limitaré a decir que, aunque hay partes demasiado largas o explicativas para mi gusto y que el principio me parece mejorable, consigue meterte en la piel del personaje y que lo acompañes en esta insólita odisea rebosante de sorpresas, de fantasía y con su parte de ternura. Sin duda el mejor relato del libro y con un final estupendo. Si debo decir que lo que me dio más miedo del libro es ir leyendo ese final tan extenso pensado: no lo hagas, Nacho. Por lo que más quieras, no me jodas la historia. Y así te mantiene hasta el final, en el que uno respira aliviado pensando que el relato tiene el mejor final posible.

  5. Erein dijo...

    Pues aunque la primera parte se me ah hecho algo larga... en cuanto le ha dado por ... me ha atrapado de una forma bestial. hijo, una idea increíble en serio. no sé qué clase de cosa te ha inspirado pero me encanta, ...GENIAL ...increíble hijo, increíble.

    Y si, no dire nada mas porque todo seria spoiler y eso seria matar al relato.

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